Perfiles: Conchi Garrido, responsable de Seguridad Vial y Movilidad

Mª Concepción Garrido Rodríguez. 34 años. Natural de Archidona, Málaga. Doctora Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos y Máster en Auditoria en Seguridad Vial y Movilidad. 11 años de ejercicio profesional.

Conchi es uno de los pilares sobre los que se sustenta Grupo Triedro. Como Responsable del Área de Seguridad Vial y Movilidad del grupo, y como socia directora de ISVIAL, debe mostrarse constante y eficaz en una faceta de nuestra profesión que afecta a tantas vidas humanas. Y sin duda, esa constancia y eficacia inspira al resto del equipo de Grupo Triedro

 

 

¿Cómo llegaste a Grupo Triedro?

A través de un compañero de profesión que me presentó a Manuel Castillo (Director General de Grupo Triedro). Empezamos hablando de temas de seguridad vial y terminamos constituyendo ISVIAL.

¿Cuánto tiempo llevas aquí?

Unos dos años y medio.

¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo?

Poder solucionar problemas y con ello mejorar la vida de las personas. Más aún en el caso de los trabajos de seguridad vial, en los que con nuestro trabajo podemos llegar a reducir los accidentes de tráfico y mitigar sus consecuencias.

¿Cuál es la parte más complicada de tu trabajo?

Es complicado adoptar una solución que guste a todo el mundo. Siempre hay quien no está de acuerdo o quien no entiende por qué lo has hecho.

¿Cuál crees que es la faceta más desconocida por la sociedad de los profesionales como tú?

Quizá puede parecer que nuestras decisiones son frías y basadas únicamente en la normativa, y aunque evidentemente las soluciones que proponemos tienen que cumplir con ella, detrás de ello hay una labor de “ingenio” y también de preocupación por satisfacer al mayor número posible de usuarios, incluso de perjudicar lo mínimo posible a los afectados por unas obras, que a veces pasa por alto.

¿Cuál es la anécdota más divertida que te ha ocurrido en tu trabajo?

Una vez estaba preparando una licitación de una carretera en Jaén y cuando estaba haciendo la visita de campo no encontraba el arroyo que supuestamente aparecía en el plano. Yo seguía andando por el campo buscándolo y me di cuenta de que lo había encontrado cuando metí los dos pies en él llegándome el agua a una altura de hasta casi las rodillas.

Hay que tener cuidado ahí afuera. ¡Muchas gracias!